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sábado, 8 de agosto de 2009

El Libro de la Ley - La Ley de Moisés

El antiguo pacto era una expresión del compromiso de Dios para rescatar al mundo a través de Israel. Moisés escribió el contenido del pacto en el Libro del Pacto, al cual la Biblia se refiere también como el Libro de la Ley.

Este es el tiempo que transcurre en los eventos que ocurrieron en el Monte Sinaí: Dios habla los Diez Mandamientos a toda la asamblea (Exodo 20:1-17). El pueblo pide que Moisés sea el mediador entre ellos y Dios (Exodo 20:18-19). Dios habla a Moisés las palabras del pacto especial con Israel (Exodo 20:22 - 23:33). Moisés repite el pacto y sus juicios al pueblo (Exodo 24:3). Moisés escribe el libro del pacto, levanta un altar, y confirma el pacto con la sangre del sacrificio (Exodo 24:4-8). Moisés sube al monte por cuarenta días y cuarenta noches (Exodo 24:12-18). Dios escribe los Diez Mandamientos en piedra y los entrega a Moisés (Exodo 31:18). Moisés rompe las dos tablas (Exodo 32:19). Dios vuelve a escribir en piedra con su propio dedo y se las entrega a Moisés (Exodo 34:1).

Después que Dios habla la Ley de los Diez Mandamientos a la asamblea, Moisés se acercó más a Dios. El Señor le entregó leyes civiles especiales y ordenanzas ceremoniales para que Israel las siguiera. Después de regresar de su encuentro, Moisés repitió este convenio especial al pueblo y ellos estuvieron de acuerdo en hacer todo lo que el Señor les pidió.

Es interesante notar el contraste. Fue Dios quien habló los Diez Mandamientos a todo el pueblo antes de esculpirlos en piedra. Pero al explicar el convenio especial entre Dios y el pueblo, Moisés estuvo de mediador.

Exodo, capítulo 24, explica que luego Moisés escribió todas las palabras del Señor en el "Libro del Pacto" y levantó un altar. Antes de confirmar el pacto con la sangre del sacrificio, el leyó al pueblo todas las palabras que había escrito en el Libro del Pacto.

Una vez más ellos aceptaron los términos y declararon su obediencia al pacto. Así Moisés tomó la sangre y la roció sobre el libro y sobre el pueblo (Hebreos 9:19; Exodo 24:8) y dijo, "He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas" (Exodo 24:7-8).

"Y cuando acabó Moisés de escribir las palabras de esta ley en un libro hasta concluirse, dio órdenes Moisés a los levitas que llevaban el arca del pacto de Jehová, diciendo: Tomad este libro de la ley, y ponedlo al lado del arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y esté allí por testigo contra tí" (Deuteronomio 31:24-26).

Moisés escribió estas ordenanzas especiales del pacto - con su mano - en el libro de la ley (Libro del Pacto). El sacrificio de un animal proveyó "la sangre para el pacto" que Dios hizo con Israel. Este libro de la ley (el acta de los decretos) se colocó en un lugar temporal, al lado del arca, y estuvo allí como testigo contra el pueblo.

¿Por qué fue que la ley de Moisés estuvo como testigo en contra de este pueblo rebelde? La Biblia revela esta respuesta solemne, como advertencia a aquellos que se alejaron de Dios para adorar a otros dioses.

"...Y se asentará sobre él toda maldición escrita en este libro, y Jehová borrará su nombre de debajo del cielo;...conforme a todas las maldiciones del pacto escrito en este libro de la ley" (Deuteronomio 29:20-21). Además de las bendiciones que Dios prometió al pueblo de Israel por su fidelidad (Exodo 34:10, Deuteronomio 28:1-14), el Libro de la Ley contenía maldiciones contra aquellos que no cumplían con todos los requerimientos.

Un Dios que es todo amor sabe que el pecado produce dolor y destrucción. Era la intención del Señor de que las maldiciones que se encontraban en el Libro de la Ley les sirvieran para disuadir del pecado. Cuando El vino como Redentor de Israel, les dio mandamientos para su beneficio.

"...Yo soy Jehová Dios tuyo, que te enseña provechosamente, que te encamina por el camino que debes seguir. ¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas del mar" (Isaías 48:17-18).

La disciplina de Dios siempre ha rebosado desde un corazón lleno de amor, para proteger Sus hijos de las fuerzas fatales del pecado. Dios no se complace en la muerte del impío (Ezequiel 33:11).

"¿No te acarreó esto el haber dejado a Jehová tu Dios, cuando te conducía por el camino? Tu maldad te castigará, y tus rebeldías te condenarán..." (Jeremías 2:17-19).

Cuando el pecador muere, son las consecuencias directas de sus propias decisiones. La paciencia y la bondad de Dios hacia su pueblo bajo el Antiguo Pacto se ven muy claramente en la Biblia. El pacto especial que El estableció con Israel fue para enseñarles lecciones críticas para salvar la nación.

Desdichadamente, la nación judía comenzó a utilizar el Libro de la Ley como medio para obtener la justificación - torciendo así el propósito de Dios para su propia destrucción. Cientos de años más tarde, Pablo comentó acerca de esto al decir que si la justificación se hubiera podido obtener a través de la Ley de Moisés, entonces Cristo en vano murió (Gálatas 2:21).

La única justificación que ha existido jamás es la justificación por la fe. Sí, aun bajo el Antiguo Pacto, los verdaderos seguidores de Dios sabían que no podían ganar la justificación. Jeremías declaró que el nombre de Dios es: "...JEHOVA JUSTICIA NUESTRA" (Jeremías 23:6).

Oseas exclamó, "Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; haced para vosotros barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia" (Oseas 10:12).

Isaías sabía que lo mejor que el hombre podía ofrecerle a Dios palidecía en comparación a la santidad de Dios: "Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia" (Isaías 64:6).

El también declaró lo siguiente: "En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia..." (Isaías 61:10).

La Ley de Moisés describe las ceremonias y las prácticas dadas a Israel que señalaban a Jesús como el verdadero cordero de Dios. Por esto, en ocaciones se refería a la Ley Ceremonial, y tenía un tiempo limitado de efectividad. El autor de los Hebreos en el Nuevo Testamento señala su propósito - "Lo cual es símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto, ya que consiste sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas" (Hebreos 9:9-10).

De manera simple, la Ley de Moisés era un mero libro de texto para preparar al pueblo de Dios para el tiempo cuando Cristo vendría para traer una reforma.

La Ley de Moisés era un contrato especial que Dios preparó para los Israelitas. Pablo claramente define el Antiguo Pacto como los escritos de Moisés ( el Libro de la Ley) - "...Porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado" (2 Corintios 3:14-16).

El Libro del Pacto y el Libro de la Ley son uno y el mismo. Los escritores de la Biblia usan estos términos en forma intercambiable. En 2 Reyes 22:8, el sumo sacerdote encontró el "Libro de la Ley en la casa de Dios". Cuando el rey Josías reunió la nación y les leyó todas las palabras del Libro, él se refirió a éste como el Libro del Pacto: "Y leyó, oyendo ellos, todas las palabras del Libro del Pacto que había hallado en la casa de Jehová...Entonces mandó el rey a todo el pueblo, diciendo: Haced la pascua a Jehová vuestro Dios, conforme a lo que está escrito en el Libro de este Pacto" (2 Reyes 23:2-21). Encontramos las mismas palabras que se repiten en otro recuento del mismo evento que se registra en 2 Crónicas 34:14-15 y en el verso 30.

El Antiguo Pacto se encontraba en los escritos de Moisés - el Libro de la Ley - no en la Ley de los Diez Mandamientos de Dios solamente. No cabe duda, sin embargo, que los Diez Mandamientos eran la parte central del Antiguo Pacto. La Biblia dice que Moisés escribió todas las palabras habladas por el Señor en un libro. Y Moisés lo confirma al decir, "Y El os anunció su Pacto, el cual os mandó poner por obra; los Diez Mandamientos, y los escribió en dos tablas de piedra. A mí también me mandó Jehová en aquel tiempo que os enseñase los estatutos y juicios, para que los pusieseis por obra en la tierra a la cual pasáis a tomar posesión de ella" (Deuteronomio 4:13-14). Y Moisés llamó las tablas de piedra las "tablas del pacto" (Deuteronomio 9:11). Los Diez Mandamientos de Dios eran el corazón del Pacto.

Vamos a reunir lo que ya sabemos acerca de la Ley de Moisés:

  • La Ley de Moisés fue escrita por él mismo.
  • La Ley Mosaica contenía leyes civiles y leyes ceremoniales.
  • Fue escrita en un rollo de pergamino y se le llamó "el Libro de la Ley" o "el Libro del Pacto".
  • Contenía maldiciones contra aquellos que no obedecían las obras de la Ley de Moisés.
  • El Libro de la Ley fue colocado al lado del arca - como testigo contra Israel.
  • La Ley de Moisés era simbólica y temporal.
  • La Ley de Moisés era simbólica y temporal.
  • La Ley de Moisés era el Antiguo Pacto hecho con Israel.
  • El Libro de la Ley incluía los Diez Mandamientos como la parte central del Pacto.

Ya que estamos armados con la información adecuada acerca de los Diez Mandamientos de Dios y La Ley de Moisés, veamos cómo este conocimiento nos puede ayudar a entender cuando el Nuevo Testamento se refiere a "la ley".

Al continuar la segunda parte de este estudio, el eEspíritu Santo nos iluminará nuestro entendimiento del Nuevo Pacto. ¡Y la Biblia nos probará - sin duda alguna - exactamente qué fue lo que Cristo clavó en la cruz!

Dios nos habla a través de Su Palabra. ¡Tenemos razón para regocijarnos!

*Tomado del Libro: Los Diez Mandamientos Dos Veces Eliminados (Danny Shelton - Shelley Quinn) *Capítulo 3 - Dos Leyes, Dos Pactos - Desenredando la Confusión (4ta parte)

jueves, 2 de julio de 2009

¿Pensamos todos igual?

A continuación le presentaremos varias declaraciones por parte de bautistas, metodistas, luteranos, episcopales, y otros que apoyan la Biblia. Todos ellos afirman que el día séptimo (el sábado) del cuarto mandamiento nunca fue cambiado o "anulado" en el Nuevo Testamento. De hecho, confiesan que guardar el domingo es la tradición del hombre, en vez de ser inspirado por Dios através de su Palabra. Van más allá aún al admitir que no hay ni una sola cita bíblica que autorice el cambio del sábado al domingo. Está claro en las mentes de todos estos cristianos que Dios nunca ordenó el cambio que el hombre ha hecho a su Ley. Sin embargo, practican la tradición del hombre al guardar el domingo.

He aquí lo que dice Spurgeon, el popular bautista del siglo diecinueve, acerca de los Diez Mandamientos.
  • "La Ley de Dios es divina, santa, celestial, perfecta. Aquellos que encuentran falta en ella o que en lo mínimo la degradan, no entienden su diseño, y no tienen ninguna idea acerca de la ley misma. Pablo dice, 'La ley es santa, pero yo soy carnal; vendido al pecado.' En todo lo que decimos acerca de la justificación por la fe, nunca ha sido la intención de rebajar la opinión que nuestros oyentes tienen acerca de la Ley, porque la Ley es una de las obras más sublimes de Dios..."

  • "No hay un mandamiento de más: no hay uno de menos; sin embargo es tan incomparable, que su perfección es prueba de su divinidad. Ningún dador de leyes humano pudo haber brindado tal ley como la que encontramos en el Decálogo (los Diez Mandamientos). Es una ley perfecta; porque cada ley humana que se considera correcta se encuentra en el compendio breve y epítome de todo lo que es bueno y excelente hacia Dios; o entre hombre y hombre." (C. H. Spurgeon, Sermons, 2nd series, sermon 18, p.280)

"La Ley del Señor es perfecta, que convierte el alma..." (Salmo 19:7). ¿Puede el hombre mortal atreverse a cambiar, borrar o ignorar aún uno de los Diez Mandamientos? ¿Qué es lo que mueve al cristiano sincero, temeroso de Dios a ignorar las instrucciones específicas del Señor relacionadas con el cuarto mandamiento?

Los Diez Mandamientos - ¿guardarlos o no guardarlos? Esta es una pregunta muy seria.

Se convierte en una deuda consigo mismo el examinar este importante tema a la luz de la Palabra de Dios para encontrar la respuesta. Es imperativo que conozcamos la verdad.

Pero, puede que usted piense, ¿es posible que la mayor parte de los que creen en la Biblia estén equivocados en este asunto? Permítame preguntarle esto - acaso ¿no estaban en error la mayoría de las personas que creían en la Biblia durante la primera venida de Jesús? No creo que podamos confiar en lo que practica la "mayoría". Jesús nos amonestó que las masas seguirían el camino que lleva a la perdición. En contraste, él nos dice que la puerta que lleva a la vida eterna es angosta - y sólo algunos son los que la hallan.

  • "Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan." (Mateo 7:13-14)

Es el deseo de Satanás destruirnos causando separación entre nuestro Padre Celestial y nosotros. El pecado engendra separación. Como estudiamos antes, la definición bíblica del "pecado" es la trasgresión o el quebrantamiento de la Ley de los Diez Mandamientos de Dios. Puede investigar la Biblia desde el Génesis hasta el Apocalipsis y encontrará que no hay otra definición para el pecado que sea más clara.

Vea lo que dijo Billy Graham:

  • "Como Wesley, encuentro que yo tengo que predicar primero acerca de la ley y el juicio antes que de la gracia y el amor...Los Diez Mandamientos...son las leyes morales de Dios para regir la conducta del mundo. Algunos piensan que se han revocado. Eso no es cierto. Cristo enseñó la ley. Está en vigor hoy. Dios no ha cambiado. La gente ha cambiado...

  • "Todos los que han vivido, con la excepción de Jesucristo, han quebrantado los Diez Mandamientos. El pecado es la trasgresión de la Ley. La Biblia dice que todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23). Los Diez Mandamientos son un espejo para mostrarnos cuan cortos estamos en el cumplimiento del estándar de Dios. Y el espejo de nuestras faltas nos lleva a la Cruz, donde Cristo pagó la deuda por el pecado. El perdón se encuentra en la Cruz y en ningún otro lugar, de acuerdo con la Biblia..." (George Burnham and Lee Fisher, Billy Graham and the New York Crusade, pp.108-109)

Cristo vino a salvar la humanidad destruyendo las obras del diablo. "Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres." (Juan 8:31-32) La Verdad es una persona - y Cristo reclama esa prerrogativa, "Yo soy...la verdad" (Juan 14:6). Cuando caminamos en la verdad de nuestro amante Salvador, él verdaderamente nos dará la libertad.

Pido, por la gracia de Dios, que al presentar la verdad acerca de la Ley de Dios, pueda presentar el más hermoso Jesús que usted haya conocido. ¿Qué quiero decir con esto? Al estudiar con más detalles, encontraremos que en realidad la Ley de los Diez Mandamientos es una transcripción, una imagen reflejada en el espejo, del mismo carácter amoroso de Dios. Mi oración es que Dios pueda guiarnos a todos hacia un conocimiento íntimo del "camino, la verdad y la vida." Pido al Espíritu Santo que destruya todas las dudas y los engaños que el diablo ha mostrado acerca de la Ley de Dios. Y pido que Cristo busque y salve aquello que ha sido perdido por la mayoría - la verdad de su Ley de los Diez Mandamientos."

*Tomado del Libro: Los Diez Mandamientos Dos Veces Eliminados (Danny Shelton - Shelley Quinn) *Capítulo 2 - Observarlos o No Observarlos (3ra parte)

lunes, 22 de junio de 2009

"De Tal Manera..."

El pecado es infracción de la ley

Jesús dijo "El Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido...Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí." (Lucas 19:10; Juan 14:6) A Cristo le apasiona salvar al perdido. El enfatizó las parábolas de la oveja perdida, la moneda perdida y el hijo perdido, con gozo exuberante al recobrarlos. El propósito de su venida fue destruir la obra del diablo - buscar y salvar lo que se había perdido.

Las personas de la fe cristiana comprenden que "estar separados" del Señor Jesús significa estar "perdidos". Como seguidores de Cristo, se nos ha enseñado que nuestro privilegio (y nuestro deber) es compartir las buenas nuevas de la salvación. El reino de Dios avanza a medida que aquellos que han sido salvados por Jesús - el Camino, la Verdad y la Vida - comparten su testimonio y ministran a aquellos que están espiritualmente perdidos. Pero ¿cómo reconocemos quién está perdido? Cuando escuchamos a una persona de lenguaje obsceno usando el nombre de Dios en vano, creemos que necesita escuchar acerca del santo y justo Dios de amor. Si vemos a alguien viviendo en adulterio o adorando a "otros dioses", entendemos que no están unidos a Cristo. Si leemos acerca de un hombre que acaba de asaltar un banco o que asesinó a alguien, sabemos que necesita experimentar el poder salvador de Jesús. Cada vez que las acciones de una persona reflejan una notoria indiferencia hacia los Mandamientos de Dios, reconocemos que está separada de Cristo. La Biblia los clasifica como perdidos - espiritualmente muertos. "Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él." (1 Juan 2:3-4) ¿Puede alguien conocer a Cristo sin obedecer sus mandamientos? Lea ese versículo nuevamente. Luego considere cómo es que Juan nos describe a los que son los hijos de Dios: "Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él." (1 Juan 2:29)

La Biblia define muchas cosas como pecado. La murmuración, la jactancia, la incredulidad y la blasfemia se categorizan como pecado. Pablo nos dice que cualquier cosa que no provenga de la fe es pecado (Romanos 14:23). Santiago nos dice que si sabemos hacer lo bueno y rehusamos hacerlo, estamos pecando (Santiago 4:17), mientras que Juan nos dice que toda maldad es pecado (1 Juan 5:17). Estos versículos explican las actitudes y acciones que entran en la categoría de pecado, pero no proveen una definición clara de lo que es el pecado. ¿Cómo sabemos lo que debemos hacer? ¿Cómo reconocemos lo que es maldad? La desobediencia a los mandamientos de Dios es lo opuesto a poner en práctica la justicia. De hecho, ¿sabía usted que esto es lo que define la Biblia como pecado? "Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley" (1 Juan 3:4). Ahí está - la única definición clara del pecado en la Biblia. El pecado es infracción de la ley, quebrantar la Ley de Dios - ya sea mediante la duda, el no creer, la apatía o la rebelión.

La norma mediante la cual somos juzgados es los Diez Mandamientos, los cuales constituyen la forma correcta de Dios para pensar y actuar. "El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio..." (1 Juan 3:8). El pecado nos separa de Dios. La separación de Dios nos roba la oportunidad de la vida eterna con él. Satanás es el maestro en la separación. Su objetivo es causar la separación entre Dios y nosotros, introduciendo el pecado.

¿Por qué es que los cristianos consideran acciones tales como tomar el nombre de Dios en vano, servir a otros llamados dioses, deshonrar a los padres, matar, el adulterio, robar, mentir y la envidia como pecado? Porque sabemos que estas acciones quebrantan la Ley de Dios.

*Tomado del Libro: Los Diez Mandamientos Dos Veces Eliminados (Danny Shelton - Shelley Quinn) *Capítulo 2 - Observarlos o No Observarlos (1ra parte)