viernes, 31 de julio de 2009

¿Preocuparse o Contemplar?

"Me acordé en la noche de tu nombre, oh Jehová, y guardé tu ley." Salmo 119:55

Todo salía mal aquel día en la vida de Francisco. La turbulencia financiera que el país atravesaba parecía ser la gota de agua que faltaba para que su empresa se fuera al fondo del pozo. En aquella fábrica estaban invertidos todos sus recursos financieros, sus sueños, sus esperanzas, expectativas de vida y años de dedicación y esfuerzo.

Acostado en la cama, aquella noche no podía dormir. Daba vueltas de un lado al otro, tratando de descubrir una salida a la situación, pero solo veía sombras y oscuridad a su alrededor.

Francisco, al igual que nuestra sociedad, ignoraba lo que dice el salmo de hoy: "Me acordé en la noche de tu nombre, oh Jehová." Parece que las personas prefieren más la preocupación que la contemplación. ¿Cuál es la diferencia? La preocupación concentra tu energía en el problema. La contemplación, te lleva a mirar hacia arriba y ver a Dios. Preocupándote, haces como la persona que se está ahogando en el mar, da brazadas improductivas para todos lados, traga agua y se desespera. Contemplando la grandiosidad divina, comprendes que no todo está perdido, aunque desde el punto de vista humano, parezca que no hay salida.

"Me acordé en la noche de tu nombre, oh Jehová", exclama David. El nombre por el cual Dios se identifica a sí mismo es: "Yo soy". El secreto de la vida victoriosa está en saber quién es Dios y quién eres tú. Hay cosas que solo Dios puede hacer, y hay cosas que Dios no hará en tu lugar.

David, como todo ser humano, tuvo que enfrentar problemas. Un joven pastor de ovejas como él, perseguido por los ejércitos del rey, parecía tener un problema sin solución, pero cuando la noche llegaba, en lugar de atormentarse con sus preocupaciones, David contemplaba a Dios y una paz extraordinaria inundaba su corazón, porque sabía que existían principios establecidos para regir los destinos del universo y de la vida. David llamaba a esos principios: "ley". "Guardé tu ley". afirma él. ¿Puede haber derrota cuando estás dispuesto a seguir las instrucciones divinas? Por eso, hoy debes decir: "Me acordé en la noche de tu nombre, oh Jehová, y guardé tu ley", y encara sin miedo los desafíos que la vida te presente.

jueves, 30 de julio de 2009

La Ley de los Diez Mandamientos de Dios

Cuando Moisés repasó los Diez Mandamientos con el pueblo de Dios, él dijo, "Estas palabras habló Jehová a toda vuestra congregación en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la oscuridad, a gran voz; y no añadió más. Y las escribió en dos tablas de piedra, las cuales me dio a mí" (Deuteronomio 5:22).

Dios habló de los Diez Mandamientos. Estaban completos. Los escribió en dos tablas. Mire ese texto nuevamente - nótese que "NO añadió más." La Ley de Dios es perfecta y no hubo que añadir más a sus Diez Mandamientos.

Como notamos en el verso que acabamos de leer, Dios primero habló Sus Mandamientos a la asamblea temblorosa en el Monte Sinaí (Exodo 20:1-17). Pero siendo que el pueblo temía la Presencia del Señor, ellos le pidieron que hablara directamente a Moisés desde ese día en adelante. Por eso es que Moisés se fue solo al Monte Sinaí para recibir el informe grabado de los Diez Mandamientos en las tablas de piedra.

Otro recuento de Dios entregando los Diez Mandamientos a Moisés nos muestra lo siguiente: "Y dio a Moisés...dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios" (Exodo 31:18). Dios grabó - en piedra - Su Ley de los Diez Mandamientos con su propio dedo. No le dejó al hombre que escribiera Sus "dos tablas del testimonio."

La Biblia dice que Dios escribió por ambos lados de las tablas. Se nos asegura una y otra vez que fue obra de Dios. "Y las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios grabada sobre las tablas" (Exodo 32:16). Sin embargo, ¿quién escribió el segundo juego de tablas después que las primeras fueron destruídas?

Usted probablemente está familiarizado con la parte de la historia cuando Moisés bajó de la montaña, fue testigo de la idolatría del pueblo mientras adoraban un becerro de oro, y en un momento de indignación santa, Moisés arrojó las primeras tablas de piedra y las quebró al pie del monte (Exodo 32:19).

Pero, ¿sabía usted que aún después de este incidente Dios no confió en un hombre para que escribiera Su Ley en registro permanente? Así es - ni aún la segunda vez (Exodo 34:1)

Moisés lo describe de esta manera. "En aquel tiempo Jehová me dijo: Lábrate dos tablas de piedra como las primeras, y sube a mí al monte, y hazte un arca de madera; y escribiré en aquellas tablas las palabras que estaban en las primeras tablas que quebraste; y las pondrás en el arca. E hice un arca...y labré dos tablas de piedra...y subí al monte...Y escribió en las tablas conforme a la primera escritura, los Diez Mandamientos..." (Deuteronomio 10:1-4).

Dios escribió en el segundo par de tablas con Su propio dedo e instruyó a Moisés que colocara Sus dos tablas del testimonio dentro del arca. El fiel siervo Moisés hizo tal como Dios le instruyó: "y tomó el testimonio y lo puso dentro del arca...y encima el propiciatorio sobre el arca" (Exodo 40:20). Los Diez Mandamientos fueron puestos dentro del arca del Pacto, en el lugar Santísimo del Tabernáculo. ¿Ha considerado alguna vez lo que esto ilustra?

El arca representaba el trono de autoridad de Dios. El instruyó a Moisés para que colocara Su Ley de los Diez Mandamientos en un lugar permanente, dentro del arca (Deuteronomio 10:2). Desde su silla de juicio, el arca, Dios fundó su reinado bajo el reglamento de los Diez Mandamientos - la transcripción de Su justo carácter.

"Jehová se complació por amor de su justicia en magnificar la ley y engrandecerla" (Isaías 42:21)

¿Qué sabemos acerca de la Ley de Dios hasta ahora?

Repasemos:

  • La Ley de Dios era perfecta cuando El habló y no añadió nada a Sus Mandamientos.
  • Los Diez Mandamientos fueron grabados en piedra y fueron llamados "las tablas del testimonio".
  • Dios escribió los Diez Mandamientos (en ambas ocasiones) con su propio dedo.
  • Los Diez Mandamientos fueron puestos dentro del arca del pacto.

*Tomado del Libro: Los Diez Mandamientos Dos Veces Eliminados (Danny Shelton - Shelley Quinn) *Capítulo 3 - Dos Leyes, Dos Pactos - Desenredando la Confusión (3ra parte)

domingo, 26 de julio de 2009

Las Dos Grandes Leyes de la Biblia

Muchos cristianos creen que la Ley de los Diez Mandamientos fue clavada en la cruz. Basan esta creencia en Colosenses 2:14, "anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz."

Es de importancia crítica el determinar la naturaleza exacta del "acta de los decretos" - este código escrito con todas las reglamentaciones y requirimientos que fue clavado en la cruz. ¿Eran éstos los Diez Mandamientos de Dios? ¿O era este en verdad el Libro de la Ley, escrito por Moisés?

La Biblia habla de dos grandes "leyes":

1. La Ley de Dios (los "Diez Mandamientos" o las "dos tablas del Testimonio"), también conocidos como la Ley Moral, La Ley del Amor, y el Decálogo.

2. La Ley de Moisés (el "Libro de la Ley", 0 "el Libro del Pacto"), también conocido como la Ley Ceremonial y la Ley Mosaica.

Dios estableció en forma única los maravillosos propósitos que él quizo para la función de estas dos leyes. Pero, un entendimiento opaco de las diferencias de las dos han llevado a muchos cristianos sinceros a la confusión - especialmente al interpretar las referencias del Nuevo Testamento con relación a la ley.

¿Por qué es que hay tanta confusión? Los escritores bíblicos en muchas ocasiones usan el singular de la palabra "ley" para referirse a la Ley de Dios o la Ley de Moisés. Si no tenemos un entendimiento claro de sus propósitos, es fácil perder el contexto de lo escrito y llegar a conclusiones erróneas.

Por ejemplo, Pablo escribió: "Porque todos los que dependen de las obras de ley están bajo maldición...por la ley nadie se justifica para con Dios...la ley no es de fe... Cristo nos redimió de la maldición de la ley" (Gálatas 3:10-13).

Sin embargo, también fue inspirado a escribir: "¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley...De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno" (Romanos 3:31; 7:12)

¿Puede identificar a cuál de las dos leyes se refería Pablo en estos dos pasajes? Al terminar este estudio, usted sabrá que en Gálatas 3:10-13, él se refirió a la ley de Moisés - y en Romanos 3:31 y 7:12, se refería a los Diez Mandamientos, la Ley de Dios, establecida en nuestros corazones por la fe.

¿Alguna vez ha sentido como si una nube de confusión restara sobre los escritos de Pablo? Esa niebla se evaporará rápidamente al examinar las diferencias entre estas leyes.

Al tener un entendimiento más claro, podríamos entrar en el Nuevo Testamento y correctamente esclarecer la palabra de verdad. Cuando leamos los escritos del apóstol Pablo acerca de "la ley", podremos estudiar el contexto y determinar si se refiere a la Ley de Dios, o a la Ley de Moisés.

Pablo fue el autor del libro a los Colosenses. Bajo inspiración divina, escribió que Cristo clavó en la cruz "el acta de los decretos" que había contra nosotros. Una errada interpretación mantiene a algunas personas declarando que Pablo enseñó que la Ley de Dios está obsoleta.

Cuando usted complete este capítulo y el próximo, espero que pueda ver que Pablo nunca tuvo la intención de que el acta de decretos contra nosotros se confundiera con la Ley de Dios de los Diez Mandamientos. Dejaremos que la Biblia pruebe que Pablo nunca descartó la Ley de los Diez Mandamientos que Dios ecribió con su propio dedo en tablas de piedra.

La Biblia nunca se contradice. Los escritos bíblicos no se oponen unos a otros. Las contradicciones nacen al sacar los escritos bíblicos fuera de contexto y al aplicarlos incorrectamente. A primera vista, algunos textos parecen contradecirse. En estos casos, es importante examinar el contexto primero y luego investigar otras enseñanzas bíblicas sobre el tema.

A veces es necesario consultar el texto en el idioma original en que se escribió para poder entender claramente la intención del escritor al escoger esas palabras. Hay muchas ayudas disponibles que nos proveen un creciente conocimiento de palabras en griego y en hebreo.

"Toda la escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redarguir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra." (2 Timoteo 3:16-17)

Cuando Pablo escribió estas palabras, se refería al Antiguo Testamento. Sin embargo, su aseveración también es cierta acerca del Nuevo Testamento. Su referencia fue inspirada para incluir y no para excluir.

Puede estar seguro que Dios nunca se contradijo a Sí mismo al compartir sus pensamientos divinos con los tantos escritores bíblicos. ¿Puede ver por qué no puede haber desacuerdo entre los escritos del Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento? Si estamos confundidos por lo que parece ser contradictorio, tenemos que buscar en las Escrituras de ambos Testamentos para vencer nuestro conocimiento limitado.

Algunas personas se consideran ser "cristianos del Nuevo Testamento", dando a entender que solamente consultan el Nuevo Testamento para las enseñanzas. Desdichadamente, alguien enseñó a estos creyentes bien intencionados que el Nuevo Testamento canceló las enseñanzas del Antiguo Testamento. Pablo no está de acuerdo. El dijo que Dios inspiró "toda la Escritura" para estar preparados para toda buena obra.

El Antiguo Testamento contiene un volumen de la Escritura para prepararnos cinco o seis veces más grande que el Nuevo. Es imposible interpretar uno sin el otro - el Antiguo Testamento contiene el Nuevo y el Nueco explica el Antiguo. Usted encontrará a Cristo Jesús en cada libro de la Biblia.

El Cristo resucitado le dijo a sus discípulos, "Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos" (Lucas 24:44).

Jesús también dijo, "Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas" (Mateo 13:52).

Hay tesoros espirituales en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento. El error de eliminar el Antiguo Testamento ha cerrado la puerta para entender la naturaleza eterna de la Ley de Dios de los Diez Mandamientos.

¿Sabía usted que el Antiguo Testamento revela que la Ley de Dios estaba en vigencia antes de ser entregada en tablas de piedra en el Monte Sinaí? Hemos de ver esto en el capítulo cinco, donde aprenderemos que el pueblo de Dios violó sus Diez Mandamientos, lo cual obligó a instituir la Ley de Moisés.

Si eliminamos el Antiguo Testamento, no podemos saber que Moisés escribió el Libro de la Ley (la "Ley de Moisés"), o que registró aproximadamente 640 ordenanzas con su propio dedo. Sin este conocimiento, ¿cómo podemos ni tan siquiera comenzar a entender que las "ordenanzas escritas" que fueron clavadas en la cruz era la Ley de Moisés? ¿Cómo podemos aprender que la ley moral de Dios - los Diez Mandamientos - es eterna y la única definiciónde pecado que existe en la Biblia?

"Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley" (1 Juan 3:4). El pecado es ignorar la Ley de Dios. Reconocemos que el homicidio, el robo, la mentira, el adulterio, el odio, la profanación y toda clase de pecado existe hoy. ¿No es cierto que nuestro mundo está en caos debido al pecado? Para darnos cuenta de que existe el pecado en el mundo, tiene que haber una ley que esté en vigencia que defina el pecado como "pecado".

El Antiguo tanto como el Nuevo Testamento están de acuerdo, "El alma que pecare, esa morirá... Porque la paga del pecado es muerte..." (Ezequiel 18:20; Romanos 6:23). Es imposible que exista el pecado a menos que haya una ley que lo defina.

Podemos aplicar este principio a cuando comenzó el tiempo y solamente había dos personas creadas sobre nuestro planeta. Dios dio instrucciones a Adán y Eva, "De todo árbol del huerto podrás comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás..." (Génesis 2:16-17)

Dios les advirtió que morirían si pecaban al ignorar esta simple ley. ¿Acaso no registra la historia que ellos comieron del árbol prohibido? ¿Y qué sucedió? Sufrieron la muerte espiritual en forma inmediata y eventualmente la muerte física. ¡Esa es la paga del pecado!

Pero si Dios no hubiese establecido la ley, ellos podrían haber saboreado la deliciosa fruta sin sufrir consecuencia alguna. Sin haber una ley qué quebrantar, no podrían haber sido culpables de "infracción". El pecado no puede existir a menos que haya una ley que lo defina.

Vayamos rápidamente a la edad presente - ¿es acaso toda la humanidad culpable de pecado? ¿Qué dice la Biblia? "Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros" (1 Juan 1:8). Para llegar a un mejor entendimiento de lo que es pecado, examinaremos las dos grandes leyes bíblicas.

¿Prueba la Biblia que la Ley de los Diez Mandamientos de Dios es eterna? En contraste, ¿demuestra la Biblia que la Ley de Moisés fue añadida en forma temporera para remediar la violación de la Ley de Dios? ¿Ordenó Dios que la segunda división de la ley (la Ley de Moisés) permaneciera en vigencia solamente hasta que Cristo estableciera el Nuevo Pacto en la cruz? ¿Contiene el Nuevo Pacto los Diez Mandamientos?

La Biblia lo explica claramente y es fácil de entender - ¡y no hay nada más importante que esta generación necesite captar y entender!

*Tomado del Libro: Los Diez Mandamientos Dos Veces Eliminados (Danny Shelton - Shelley Quinn) *Capítulo 3 - Dos Leyes, Dos Pactos - Desenredando la Confusión (2da parte)

lunes, 13 de julio de 2009

¿Estás estudiando la Biblia?

"Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos." (Jeremías 15:16)

¿No resulta estimulante cuando las verdades de Dios nos quedan reveladas? Cuando el Espíritu Santo nos ilumina el entendimiento sobre las Escrituras - exponiendo la esencia de la verdad de Dios que nos era velada antes - tenemos razón para regocijarnos. ¡Dios nos habla!

Desdichadamente, las demandas de nuestro mundo apresurado, la alta tecnología y la multimedia compiten con nuestra devoción al estudio de la Biblia. ¡Compiten y demasiadas veces ganan! la mayoría de cristianos hoy ya faltos de tiempo le dan poco esfuerzo al estudio serio de la Biblia.

La mayoría de cristianos dependen solamente de lo que se les enseña a través de su denominación. Sabemos "qué es lo que creemos", pero no siempre podemos explicar "por qué lo creemos". Esto nos coloca en una condición espiritual precaria.

Hay tantas convicciones conflictivas dentro de la comunidad cristiana. ¿Cómo sabemos - con certeza - que lo que creemos es la verdad? Solamente hay una forma. Tenemos que buscar las Escrituras por nosotros mismos. Jesús dijo que si continuamos en su Palabra, hemos de conocer la verdad - y la verdad nos hará libres (Juan 8:31-32).

Tal vez una de las verdades más malentendidas de la Biblia hoy en día es la diferencia entre las dos grandes divisiones de "la ley". Este malentendido causa confusión en el contraste que hay entre el Antiguo Pacto y el Nuevo Pacto.

En este capítulo y en el próximo, hemos de examinar lo que la Biblia revela acerca de estos temas y hemos de esclarecer la verdad. Este estudio conciso a vuelo de pájaro se escribió para el cristiano que carece de tiempo. En sólo un corto tiempo, podrá comprender claramente cómo las Escrituras definen las dos leyes de la Biblia, y el Antiguo Pacto y el Nuevo Pacto.

"Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad." (2 Timoteo 2:15)

¿Quiere saber por sí mismo lo que la Biblia en verdad dice? Este estudio le ayudará a hacer que la verdad le sea clara y sencilla. Esto establecerá un fundamento básico para poder comprender la Palabra de Dios y Su voluntad para usted.

*Tomado del Libro: Los Diez Mandamientos Dos Veces Eliminados (Danny Shelton - Shelley Quinn) *Capítulo 3 - Dos Leyes, Dos Pactos - Desenredando la Confusión (1ra parte)

miércoles, 8 de julio de 2009

Muchas Bendiciones para el que guarda la Palabra de Dios

Salmo 119:17-24

119:17 Haz bien a tu siervo; que viva, y guarde tu palabra.

119:18 Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley.

119:19 Forastero soy yo en la tierra; no encubras de mí tus mandamientos.

119:20 Quebrantada está mi alma de desear tus juicios en todo tiempo.

119:21 Reprendiste a los soberbios, los malditos, que se desvían de tus mandamientos.

119:22 Aparta de mí el oprobio y el menosprecio, porque tus testimonios he guardado.

119:23 Príncipes también se sentaron y hablaron contra mí; mas tu siervo meditaba en tus estatutos,

119:24 Pues tus testimonios son mis delicias y mis consejeros.

domingo, 5 de julio de 2009

Extiende Tu Mano

"No te niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando tuvieres poder para hacerlo." Proverbios 3:27

La teoría de la sabiduría es el conocimiento, y la práctica acertada del conocimiento es la sabiduría. ¿Esto quiere decir que el ser humano que quiere vivir sabiamente, necesita "entender" que hacer el bien es parte de su propio bienestar? ¡NO! Necesita más. "Entender" es solamente la teoría. "Extender" la mano es la práctica. La sabiduría combina la teoría y la práctica de una manera admirable.

Todos los días, en cualquier esquina, está a nuestra mano hacer el bien. Las oportunidades no faltan. No es necesario salir a buscarlas. Están en nuestro camino, esperándonos con la mano extendida. No son solamente los que piden limosna o los chicos de la calle. Son corazones heridos, vidas destruídas, gente desesperada, esperando una palabra de consuelo, una sonrisa o apenas un leve toque en el hombro. Es gente hambrienta de amor.

El otro día, mientras esperaba el ascensor, vi a la mucama del hotel siendo maltratada por la jefa. Volví a la tarde y me encontré con la joven agredida en el pasillo. Estaba triste. Pensé varias veces antes de hablar. Estaba apurado. Debía bañarme, cambiarme de ropa rápidamente porque me estaban esperando en la recepción. Estaba en mí poder hacer el bien y lo hice. Mirando a sus ojos, le dije: "Usted vale más de lo que piensa y de lo que los demás piensan. No permita que las palabras dichas en un momento de ira le quiten la paz de su corazón. Mañana será un nuevo día."

A la noche, cuando volví a mi cuarto, encontré una nota que había sido colocada debajo de la puerta. "Muchas gracias, no sabe cuánto me ayudaron sus palabras."

Fue animador para ella y gratificante para mí. Anima a los demás, ofréceles más que una simple moneda, dales una porción de tu corazón. Cuesta poco y haace mucho bien.

Si hoy te toca pasar un momento difícil, no tomes eso como un argumento para no extender la mano. Siempre hay alguien más necesitado que tú. Es una ley de la vida, por tanto: "No te niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando tuvieres poder para hacerlo."

jueves, 2 de julio de 2009

¿Pensamos todos igual?

A continuación le presentaremos varias declaraciones por parte de bautistas, metodistas, luteranos, episcopales, y otros que apoyan la Biblia. Todos ellos afirman que el día séptimo (el sábado) del cuarto mandamiento nunca fue cambiado o "anulado" en el Nuevo Testamento. De hecho, confiesan que guardar el domingo es la tradición del hombre, en vez de ser inspirado por Dios através de su Palabra. Van más allá aún al admitir que no hay ni una sola cita bíblica que autorice el cambio del sábado al domingo. Está claro en las mentes de todos estos cristianos que Dios nunca ordenó el cambio que el hombre ha hecho a su Ley. Sin embargo, practican la tradición del hombre al guardar el domingo.

He aquí lo que dice Spurgeon, el popular bautista del siglo diecinueve, acerca de los Diez Mandamientos.
  • "La Ley de Dios es divina, santa, celestial, perfecta. Aquellos que encuentran falta en ella o que en lo mínimo la degradan, no entienden su diseño, y no tienen ninguna idea acerca de la ley misma. Pablo dice, 'La ley es santa, pero yo soy carnal; vendido al pecado.' En todo lo que decimos acerca de la justificación por la fe, nunca ha sido la intención de rebajar la opinión que nuestros oyentes tienen acerca de la Ley, porque la Ley es una de las obras más sublimes de Dios..."

  • "No hay un mandamiento de más: no hay uno de menos; sin embargo es tan incomparable, que su perfección es prueba de su divinidad. Ningún dador de leyes humano pudo haber brindado tal ley como la que encontramos en el Decálogo (los Diez Mandamientos). Es una ley perfecta; porque cada ley humana que se considera correcta se encuentra en el compendio breve y epítome de todo lo que es bueno y excelente hacia Dios; o entre hombre y hombre." (C. H. Spurgeon, Sermons, 2nd series, sermon 18, p.280)

"La Ley del Señor es perfecta, que convierte el alma..." (Salmo 19:7). ¿Puede el hombre mortal atreverse a cambiar, borrar o ignorar aún uno de los Diez Mandamientos? ¿Qué es lo que mueve al cristiano sincero, temeroso de Dios a ignorar las instrucciones específicas del Señor relacionadas con el cuarto mandamiento?

Los Diez Mandamientos - ¿guardarlos o no guardarlos? Esta es una pregunta muy seria.

Se convierte en una deuda consigo mismo el examinar este importante tema a la luz de la Palabra de Dios para encontrar la respuesta. Es imperativo que conozcamos la verdad.

Pero, puede que usted piense, ¿es posible que la mayor parte de los que creen en la Biblia estén equivocados en este asunto? Permítame preguntarle esto - acaso ¿no estaban en error la mayoría de las personas que creían en la Biblia durante la primera venida de Jesús? No creo que podamos confiar en lo que practica la "mayoría". Jesús nos amonestó que las masas seguirían el camino que lleva a la perdición. En contraste, él nos dice que la puerta que lleva a la vida eterna es angosta - y sólo algunos son los que la hallan.

  • "Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan." (Mateo 7:13-14)

Es el deseo de Satanás destruirnos causando separación entre nuestro Padre Celestial y nosotros. El pecado engendra separación. Como estudiamos antes, la definición bíblica del "pecado" es la trasgresión o el quebrantamiento de la Ley de los Diez Mandamientos de Dios. Puede investigar la Biblia desde el Génesis hasta el Apocalipsis y encontrará que no hay otra definición para el pecado que sea más clara.

Vea lo que dijo Billy Graham:

  • "Como Wesley, encuentro que yo tengo que predicar primero acerca de la ley y el juicio antes que de la gracia y el amor...Los Diez Mandamientos...son las leyes morales de Dios para regir la conducta del mundo. Algunos piensan que se han revocado. Eso no es cierto. Cristo enseñó la ley. Está en vigor hoy. Dios no ha cambiado. La gente ha cambiado...

  • "Todos los que han vivido, con la excepción de Jesucristo, han quebrantado los Diez Mandamientos. El pecado es la trasgresión de la Ley. La Biblia dice que todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23). Los Diez Mandamientos son un espejo para mostrarnos cuan cortos estamos en el cumplimiento del estándar de Dios. Y el espejo de nuestras faltas nos lleva a la Cruz, donde Cristo pagó la deuda por el pecado. El perdón se encuentra en la Cruz y en ningún otro lugar, de acuerdo con la Biblia..." (George Burnham and Lee Fisher, Billy Graham and the New York Crusade, pp.108-109)

Cristo vino a salvar la humanidad destruyendo las obras del diablo. "Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres." (Juan 8:31-32) La Verdad es una persona - y Cristo reclama esa prerrogativa, "Yo soy...la verdad" (Juan 14:6). Cuando caminamos en la verdad de nuestro amante Salvador, él verdaderamente nos dará la libertad.

Pido, por la gracia de Dios, que al presentar la verdad acerca de la Ley de Dios, pueda presentar el más hermoso Jesús que usted haya conocido. ¿Qué quiero decir con esto? Al estudiar con más detalles, encontraremos que en realidad la Ley de los Diez Mandamientos es una transcripción, una imagen reflejada en el espejo, del mismo carácter amoroso de Dios. Mi oración es que Dios pueda guiarnos a todos hacia un conocimiento íntimo del "camino, la verdad y la vida." Pido al Espíritu Santo que destruya todas las dudas y los engaños que el diablo ha mostrado acerca de la Ley de Dios. Y pido que Cristo busque y salve aquello que ha sido perdido por la mayoría - la verdad de su Ley de los Diez Mandamientos."

*Tomado del Libro: Los Diez Mandamientos Dos Veces Eliminados (Danny Shelton - Shelley Quinn) *Capítulo 2 - Observarlos o No Observarlos (3ra parte)